Todo comenzó de manera
anormal; nosotros nunca fuimos normales. Entre sonrisas, pilladas,
saludos, tonterías, una plaza y un monte, un coche y el verano de mis 13 surgió
todo. Casi cinco años después sigues siendo el protagonista de la mayoría de
mis escritos, pero es que el primer amor no se olvida fácilmente. Sigo creyendo
que vas a volver, a decirme que estos dos años sin ti han sido un sueño y que
no te vas a ir nunca; ilusa de mí. Pero te sigo viendo. Te veo en cada coche
pequeño, te veo en los blancos, en las obras, a las 8:30, los sábados de
madrugada, los días que recojo la pocilga a la que llamo habitación, te saludo
en el 2010, también en el 2011 y me despido en el 2012, te echo de menos en
2013 y en 2014 me voy acostumbrando a echarte de menos. Te veo en cada letra
que escribo, en cada movimiento que hago, en cada vez que alguien me llama, en
cada portero de discoteca, en cada vez que bajo al super, en cada abrazo que me
dan, en cada saludo, en cada sueño, en cada mapa, en cada tienda, en cada
ciudad que visito, en cada chico con el que me encapricho y lo dejo pasar
porque no eres tú, ninguno va a ser tú, porque como tú no hay nadie.
Me he convencido de que no
quiero volverte a ver, pero sí quiero verte volver. No quiero volverte a ver
reflejado en cada sonrisa que me echan, en cada par de ojos marrón chocolate,
en cada ¿Qué tal?, en cada casa, en cada montón de arena, en cada paseo, en mi
sitio favorito del mundo, en mi mente, en mis recuerdos, en el reflejo de mi
alma.
No quiero verte en ningún
sitio que me recuerde a ti, porque lo que de verdad quiero es verte, ver como
vuelves. No quiero que vengas a por mi con el mejor traje de príncipe de Disney
y me lleves en un precioso carruaje de cristal para hacerme sentir una
princesa, porque ya sabes que siempre he preferido tu bañador rojo, calcetines
de invierno, botas de montaña y tu coche blanco que me hacen sentir la
protagonista del cuento más ñoño de princesas. No necesito que vengas y luches
contra mil dragones ni tengas mil aventuras para salvarme, con que vengas y no
tenga que correr aire entre nosotros es suficiente. Lo único que
necesito es que vuelvas, aunque no sea a por mí ni a verme, solo quiero ver
como vuelves, hablar contigo, que me cuentes como te va todo allí y no habrá
problema si se te escapa un "te he echado de menos". Yo te diré que estoy
cumpliendo mis sueños, que estoy consiguiendo ser feliz, que las cosas me van
bastante bien, que me mudaré a la ciudad donde nos conocimos, que voy a empezar
la carrera que quiero aunque todavía me quede selectividad por delante, que he
conseguido mis metas aunque me quedan muchas todavía, y no habrá problema si se
me escapa un "yo también te he echado de menos"
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Sonrisas-