25 de Mayo. Tras 182 largos días de espera, por fin ha llegado. Me
levanto, me preparo y mi madre y yo vamos a la estación de autobuses de Burgos.
El mío salía a las 11:15, llegábamos demasiado pronto. Subimos y buscamos
nuestros asientos: 23 y 24. El mío era el 23, ese día prometía cada vez más.
Tras 3 horas de bus, llegamos por fin a Madrid. Nos recorrimos medio metro de
Madrid, hasta que encontramos nuestra parada. Estuvimos en el metro casi una
hora, pero por fin llegamos a nuestro destino: Vistalegre. Salimos de la boca
del metro hacia la calle buscando el Palacio. Eso era fácil, sólo había que
seguir a chicas histéricas con 1D pegado por todo el cuerpo. Allí había quedado
con Lydia. Nos conocíamos de whatsapp, pero nunca la había visto en persona. Con
los gritos no la oía nada de nada. En una de las infinitas llamadas,
conseguimos entender donde estaba, justo detrás de mi. Me quedé de piedra al
verla, todo me parecía irreal, pero el abrazo que la id si era real. Me dijo
que estaban esperando a que salieran los chicos, y luego nos llevo a donde
estaba su madre, así dejaba a la mía con ella. Luego conocí a las demás chicas:
Laura, Laura y Sheila. Nos hicimos varias fotos, comimos y nos pusimos a la
cola, la cual llevaban varias horas haciendo el padre de Laura y la madre de
Sheila. Detrás de nosotras había unas francesas. Nunca he tenido asco a los
franceses, pero después de los empujones y chillidos de la cola, les tengo un
poco. La cola avanzaba lenta, parecía que no íbamos a entrar nunca. En la cola
conocí a Eli y a Carolina. Un chico que estaba delante de nuestro nos propuso
cantar para amenizar la cola, y surgió efecto. En nada ya estaba subiendo las
escaleras del Vistalegre, 4 guardias me revisaron la pancarta y por fin estaba
dentro. El concierto fue increíble, no tengo palabras para describirlo. Una de
las cosas que me arrepiento, fue no poder despedirme de ellas. Cogía el bus a
las 12:30 y me tuve que ir corriendo. Pero me quedo con lo bueno, con la
sonrisa que me echó Liam, con haber compartido uno de los mejores
conciertos con gente tan genial como ellas, con haber cumplido un sueño. Ahora
queda WWAT, que aunque no vayamos juntas, espero poder volver a compartir
momentos geniales con mis chicas. Y, aunque seamos cada una de una punta:
Madrid, Galicia, Valencia y Burgos; quiero que esto no cambie nuestra relación,
nunca. Os quiero mucho.
Esta
entrada la tenía hecha desde octubre, y hoy trasteando un poco por los
borradores del blog la he encontrado. Hace 8 meses del 25, y es sábado, como el
día del concierto, casualidades de la vida lo llamo yo. La diferencia ha sido
que aquel día me levanté con ganas de comerme el mundo y nerviosísima por ver a
mis ídolos. Hoy me he levantado de mala hostia, y he terminado llorando a
lágrima viva. La verdad, lo único que comparten los dos días es ámbito numérico.
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