Querido blog:
Hoy toca dar gracias. A todas esas personas que me aguantan
cada verano, que hacen de mi día a día más ameno, que me entienden y me hacen
feliz desde detrás de una pantalla, y sobretodo a las que a pesar de la
distancia siempre están ahí cuando lo necesito, a veces, incluso antes de las
personas que tengo más cerca.
Les doy las gracias porque han sabido animarme siempre, han
sabido estar ahí cuando más lo necesitaba. Y si, un simple mensaje con un “Te
quiero, sabes que me tienes para lo que necesites” ha alegrado mis peores
momentos, me ha sacado una sonrisa. O un abrazo y “un gracias”, me han hecho
darme cuenta de que les importo, de que me quieren. Es fácil sacarme una
sonrisa, o eso parece, porque las verdaderas están guardadas con llave, muy a
dentro. Y las personas que me han visto llorar se cuentan con los dedos de una
mano, porque son las personas en las que confío. Pero bueno, hoy venía a hablar
de la gente que me saca una sonrisa diaria, de esas verdaderas, las que tengo
guardadas con llave. Aunque no lo crean o no se lo demuestre, son muy
importantes para mí.
Muchas personas que significaban “todo” se han ido quedando
por el camino, aunque otras han regresado para quedarse. Las personas nuevas, a
las que acabo de conocer, con las que hice migas en una tarde veraniega. Las
personas que, con los años, siguen ahí, conmigo, como el primer día. Las
personas con las que nunca pensé que me iba a llevar tan bien. Todas estas personas, GRACIAS. Gracias por
todo, por quererme como soy, por ayudarme, por disfrutar mis mejores momentos y
acompañarme en los peores, por celebrar mis logros como si fueran suyos, por
animarme, GRACIAS. Os quiero mucho, mucho.
Att. Una chica que va a seguir dando guerra, pero con ellos.
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